lunes, 20 de enero de 2014

De cómo un mono tiene que pagar el pato (1) por no haber justicia entre los hombres.


Toti es un chimpancé.
Como todos ellos inteligente.
Pero no tanto para entender esta historia, la suya, la que hace que él sufra.
Por eso te la explico a vos. Que, ser sintiente como Toti, eres inteligente pero, a l igual que él, seguramente no entiendes como la falta de justicia entre los hombres, termina perjudicándolo.


Toti  nace en un zoo(i)lógico. Pero de los peores: un zoo(i)lógico privado. Porque, convengamos, que si bien los zoo(i)lógicos son malos, todos, los privados son peores. Al menos en los municipales o los provinciales, aunque la administración esté privatizada, a los ciudadanos nos queda un margen para ejercer cierto control. Pequeño espacio que nos es sistemáticamente negado por los burócratas de turno y los pseudo-científicos que representan a los administradores privados. Pero contamos con ciertos artilugios legales para indagar sobre los animales allí encerrados. En los zoo(i)lógicos privados los animales están total y absolutamente a merced del psicópata y alienado que quiera creerse dueño y señor de su vida y su muerte, sin rendir cuentas a nadie. Y lo hacen con la impunidad más absoluta.
Toti crece con su madre poco tiempo. Cuando esta muere, es aislado y siguió su vida en una habitación pequeña. De su lugar natal, la provincia de Buenos Aires, es llevado al zoo(i)lógico de Córdoba. Llega como autista, apático. Luego de estar en un recinto un tiempo, solo, lo pasan a uno más pequeño con otro chimpancé viejo, Coco.  Si bien Toti se beneficia con esta interacción, Coco ve resentida su comodidad, por su edad. Poco tiempo después Coco muere y Toti vuelve a quedar solo.
Alejandra Juárez,  del Proyecto Carayá y representante de Proyecto Gran Simio en Argentina,  se ofrece a trabajar con él, con Toti.  Para esto, aunque suene raro, tiene que pedirle autorización a un empresario. El que administra el manejo del zoo(I)lógico de Córdoba.
Ilógico, como el zoo.
Puede hacerlo pese a la oposición de otro administrador, temeroso de los chimpancés desde que el finado Coco lo mordiera. ¿Por qué habrá sido?
Alejandra, con su trabajo, logra que Toti juegue, dibuje. Propone entonces que, a través del Proyecto Gran Simio, Toti sea llevado a un santuario para chimpancés en Brasil, donde hay animales como él, provenientes de zoos y circos. Todo, viaje incluido, financiado por este Proyecto. ¿La respuesta de la coalición burócratas-comerciantes de Córdoba? Canjear a Toti, rápidamente, por otro animal y llevarlo a un zoo(I)lógico de Río Negro, más precisamente a  Bublacó, en Río Negro. ¡Privado! ¿Recuerdas lo que conté más arriba de los zoo(I)lógicos privados?



Esto que te narro está en pleno suceder. Pasó hace pocos días y está pasando. De hecho se ha presentado un recurso de hábeas corpus por Toti, rechazado por la justicia de los humanos, obviamente.
Hasta aquí la parte de Toti. El chimpancé que paga culpas por la injusticia humana. Y no sólo por la denegación de su hábeas corpus. Hay más.

En Río Negro, más precisamente en Gral. Roca, nace en 1.927 un tal Julio Rajneri. Estudia de abogado, exporta fruta y hereda se su padre un diario: El Diario Río Negro.

En 1.986, siendo Ministro de Educación de la Nación, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín, propuso financiar parte de los gastos de las universidades públicas con el cobro de un sobreimpuesto a los contribuyentes del impuesto a las ganancias que tuvieran hijos en estas universidades públicas, iniciativa que no prosperó. No fue su única idea brillante: él mismo se adjudica ser autor de la “Ley de Obediencia Debida”. ¿Más? Como ministro propuso la privatización de varias empresas estatales, entre ellas ferrocarriles, teléfonos y compañías de gas y petróleo. Defensor a ultranza del proceso que llevó al país a la caída, con muertes, de 2.001, no termina aquí su lista de perlitas.
Durante  julio de 2.011 el diario "Río Negro", su diario, el del Sr. Rajneri,  presentó un recurso de amparo contra una medida del gobierno nacional. ¿Cuál? La iniciativa nacional prohibe los avisos de oferta sexual en los medios de comunicación. Lo hace con una joyita de escrito que consideraba inconstitucional la medida, además de lesiva de la libertad de expresión y ¡discriminatoria del libre ejercicio de una actividad lícita!
Hay más.

En 1997, en un lapso de tan sólo ocho meses presentó tres solicitudes de tierra fiscal rural.
Rajneri compró a los ocupantes originales tierras fiscales, alrededor de cuatro hectáreas, por un valor de 11 mil pesos.
Compró  además, en igual procedimiento, 26 hectáreas y tomó a su cargo abonar los derechos de arrendamiento y pastaje, según consta en el expediente 4618/97.
El 17 de abril de 1998, la Dirección de Tierras de la provincia de Río Negro le vende tres hectáreas de tierras fiscales (o sea públicas, o sea de los habitantes de la provincia) a algo así como $ 237,92. Si se las hubiera comprado a un privado  tendría que haber puesto $ 25.000.
El 2 de julio de 2002, la Fiscalía de Estado de la provincia de Río Negro aconsejó que se extienda el respectivo título de propiedad.
Esto hizo que sus 20 hectáreas originales se vieran incrementadas en 34 gracias a las tierras fiscales obtenidas, lo que totalizó una chacra de 54 hectáreas.
Un procedimiento un tanto irregular, sospechado y denunciado, pero… El 16 de diciembre de 2004 se promulgó la Ley Nacional 25.990 que podía determinar que importantes causas relacionadas con actos de corrupción prescriban sin más, evitando así que se encuentre un responsable. Esta ley ha sido llamada por diversos sectores de la sociedad como «el punto final de la corrupción».¿El primer rionegrino beneficiado? 

Acertaste.  Rajneri.


Rajneri crea, y es dueño, del zoo(i)lógico “ Bubalcó”.
¿Dónde?
Lo dice en su web:”Esta emplazado sobre una de las márgenes del Río Negro, en Guerrico, localidad de Allen, Río Negro. El predio tiene 34 hectáreas de extensión”.


O sea: si la justicia de los hombres encarcelara a los hombres delincuentes, a todos no sólo los de poca monta, Toti no estaría allí, pues ese lugar nefasto, “Bubalcó”, no existiría.


Eduardo Murphy



Nota (1); “Pagar el pato” expresión del Río de la Plata, significa hacerse cargo de los gastos o costos de lo que uno no ha consumido o no tiene nada que ver.




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