Palomas. Plaga?
Veamos un poco. Seguramente
conocemos a la paloma, la hemos visto en nuestra ciudad. Pesan entre 500 y 700 gramos De ojos grandes.
Con colores que van del blanco total al negro absoluto. De cuello algo largo y
muy flexible.
¿Sabías qué son monógamas?
Y más longevas de lo que creés.
Llegan a vivir hasta 15 años. Se aparean una vez al año. Especialmente en
primavera y verano. Alrededor de 8
a 12 días después de copular ponen de 1 a 2 huevos, rara vez 3, que a
los 18 días dan lugar a los pichones. Estos crecen alimentados por lo que se
lama “leche de buche”, alimento predigerido por sus padres Entre las 4
a 6 semanas abandonan el nido.
Normalmente comen semillas,
granos, frutos y hojas o pasto tierno, además de algunos insectos. En la ciudad
comen de la basura domiciliaria y de restaurantes.
Ahora bien. Como este animal
siempre anda cerca del lugar donde nació es dificultoso ahuyentarlas de los
sitios donde se asienta y nidifica. Esto hace que en determinados puntos de las
ciudades haya muchas. O como algunos obtusos pretenden llamarlas: plagas.
¿Existen méritos, hechos por
las palomas, para cargar con esta etiqueta?
Plaga se denominaba en un
principio a aquellos animales que afectaran a los cultivos. Hoy es sinónimo de
enfermedad de forma que debe
entenderse como plaga a una situación en la cual un animal
produce daños económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas
(salud, plantas cultivadas, animales domésticos, materiales o medios naturales).
La excusa que más se escucha es que transmiten enfermedades a los humanos
(zoonosis). Es cierto. Pero muchas menos que las que nos transmiten los perros,
gatos y aún nuestros vecinos humanos. Así que ¿Qué vamos a hacer? ¿Matarlos a
todos?
El principal peligro es un hongo (llamado
critococcus) que vive en sus excrementos y en el de los murciélagos. O sea si
hay palomas, pero limpiamos los edificios, prácticamente se elimina la
posibilidad de existencia de este hongo. Entonces ¿Las palomas tienen la culpa?
¿O son quienes no limpian sus deyecciones?
La
rabia, transmitida por perros, gatos, murciélagos, etc. es de denuncia
obligatoria por parte de los médicos. Esto se hace para saber exactamente la
ocurrencia de estos casos y trabajar en la salud pública. Si las palomas
transmiten tantas enfermedades como dicen ¿Por qué no existe la obligación para
los médicos de denunciarlos?
¿Se
conocen internaciones en los hospitales de la ciudad de personas con zoonosis
atribuídas a las palomas?
Es
cierto que se tiñen de color feo los edificios y monumentos, esto es debido a
elementos presentes en su materia fecal. La colocación de ahuyentadores
mecánicos (trapitos o chapitas en movimiento), electrónicos (ultrasonido) y
repelentes acabaría con este problema.
Cuando
un funcionario mediocre llama a las palomas plagas (entre otros animales que
cargan o cargarán con este término maldito) lo primero que hay que preguntarle
es:
-¿Qué
número de animales hay para llamarlos así?
-¿Qué
número sería el aceptable para que esto no ocurra?
La
no existencia de datos habla por si solo de la ignorancia de estos funcionarios.
Soluciones
mágicas de funcionarios ineptos
Pueden
enumerarse caza con redes, suelta de aves rapaces, envenenamiento y hasta el
uso de carabinas.
En
Sevilla, España, en 1995 comenzó una guerra contra las palomas. Luego de cinco
años de lucha que costó cientos de miles de euros y se cobró la vida de 40.000
palomas ¡El número de palomas era el mismo!
¿Por
qué? Cuando hay espacio para ocupar y alimento suficiente, cualquier especie
animal se reproduce con mayor rapidez. Sin admitir su derrota y el despilfarro
optaron por…¡Rapaces!
Esto
sólo logra espantar momentáneamente a las palomas de determinados lugares a
otros, y además hacen gala de su ignorancia los funcionarios que lo fomentan. A
estas aves rapaces no se las puede programar en el modo “paloma”. Ataca y come
lo que encuentra. Otras aves, roedores, etc.
Método
correcto
La
ciudad de Ginebra, Suiza, es un ejemplo seguido por otras ciudades con
funcionarios inteligentes.
Hasta
1970 utilizaron sin éxito los métodos descriptos anteriormente.
Como
primera medida censaron a las palomas, determinando que eran cerca de 40.000 y
decidieron que este número no era apropiado.
Luego
comenzaron a darle de comer a las palomas granos de maíz impregnados con un
anticonceptivo especialmente diseñado. Al segundo año la población había
disminuido un 20% porque ya hacía efecto el producto, sumado a la muerte de
palomas por longevidad, accidentes y enfermedades propias de ellas.
En
7 años el número era de 15.000.
Hoy
hay cerca de 5.000, numero aceptado por el municipio.
Este
anticonceptivo está compuesto por sustancias hormonales que inhiben la
fecundación. Además tiene un gusto desagradable para los niños, no afecta a
otras aves que no comen el maíz por ser un grano muy grande, y no afecta a los
animales domésticos.
La reducción del número de
palomas es así progresiva y no agresiva, pero, además, presenta otras ventajas:
-Las palomas se concentran en
lugares adecuados donde no causan daños ni molestias y su presencia es deseada
(precisamente en los lugares donde se las alimenta).
-Poco numerosas y bien
nutridas, las palomas gozan de buena salud y presentan un aspecto sano y
cuidado en esas plazas y parques donde son un distintivo típico.
-Dejan de anidar y provocar
daños y suciedad en monumentos y edificios.
-Una vez alcanzados los límites
deseados, los costos de las campañas se reducen significativamente y el total
del costo del método es siempre muy inferior al costo de los otros
procedimientos y, además, ¡es efectivo!
Entonces ¿Qué hacemos? ¿Vamos
contra las palomas o tratamos de hacerle entender estos datos a los
funcionarios?
Eduardo Murphy
Director
Centro Argentino de Derecho
Animal y Ambiental
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